Muchos hemos escuchado estos nombres y puede ser que también conozcamos un poco del mito que los rodea como arquetipos de la rebeldía y de la revelación. Lilith y Caín son dos de las figuras expulsadas de las sagradas escrituras: Lilith es solamente mencionada en un solo pasaje en toda la Biblia (Isaías 34, 14). mientras que Caín, el primer homicida según la mitología hebrea, es desterrado posteriormente del asesinato de su hermano menor Abel, para así echarse a espaldas una terrible maldición divina y una ridícula descendencia comparada con la descendencia de Set o Noe.
La figura de Lilith la podemos encontrar en un largo periodo de la humanidad habitando en desiertos y ciudades desoladas, malversando el sueño a los hombres, en busca de la sangre de los niños, para saciar su desbordante sexualidad y nuevamente huir al desierto o al mar en donde encuentra armonía entre las lechuzas. Posiblemente el antecedente más remoto que poseemos sobre la brujería, espíritus malignos y vampiros sea Lilith. Su primer advenimiento se presenta en el poema de Gilgamesh, un antiguo texto literario mesopotámico, que reúne gran parte de su mitología. Los sumerios la representaban como una especie de mujer pájaro con patas y garras de lechuza parada sobre un par de chacales y a sus lados con dos lechuzas, sus pájaros sagrados, la escultura que data del 2000 a.C. así lo prueba. Más adelante los asirios y babilonios la absorben como un demonio alado. Esta figura influiría en las culturas hebreas antiguas quienes representaron a Lilith como espíritu nocturno o demonio femenino. Esta idea se extendería hasta Grecia asumiendo el nombre de Lamia.
El mito indica que Lilith acostumbraba salir por las noches en busca del semen desperdiciado de los hombres solos para fertilizarse y crear demonios. Los hebreos se protegen de ella lanzando conjuros. Dentro de la Biblia no se le da gran importancia, en el Talmud se le imagina como una mujer demonio y ya al entrar la Edad Media se le considera consorte de Yahveh.
Lilith representa el arquetipo de lo femenino negado por una cultura patriarcal y ha servido como estandarte del feminismo. Ella fue la única capaz de articular el impronunciable y verdadero nombre de Dios. Es la efigie del erotismo femenino, de la sexualidad desbordante y natural de la mujer que aparece intensamente atractiva, y a la vez, potencialmente peligrosa en los sueños de los hombres solos. "Lilith comparte la misma historia de las sirenas, las amazonas, las hetairas1, todas ellas figuras femeninas que han intentado asumirse como mujeres libres, sin ninguna necesidad de someterse a los hombres"2.
Los primeros datos de Lilith se ubican a mediados del tercer milenio antes de nuestra era, en la época sumeria, en el área conocida como Mesopotamia. Se encuentra como Lillake en una tablilla sumeria del año 2000 a.C. hallada en Ur, que abarca el relato de Gilgamesh y el sauce. Aquí se refiere a Lilith como un demonio hembra que habita en un sauce custodiado por la diosa Inanna (Anat)3 en las riveras del Éufrates. En la tablilla XII se localiza la narración siguiente:
"Entre sus raíces, la serpiente "que no conoce reposo"
había situado su nido;
en su copa, el pájaro de la Tempestad,
había colocado su cría;
en el centro Lillake construyó su casa.
(...)
Gilgamesh se quita de su talle su armadura,
Cuyo peso es de cincuenta minas.
(...)
Gilgamesh empuñó su hacha en la mano,
(hacha) que pesaba siete talentos y siete minas,
y entre las raíces del árbol golpeó
a la serpiente "que no conoce reposo";
y en su copa el pájaro de la Tempestad
le robó su pequeñuelo, teniendo que huir
el pájaro a la montaña.
Gilgamesh destruyó la casa de Lillake
Y dispersó sus escombros.
Cortó el árbol por las raíces, golpeó su copa,
Y luego las gentes de la ciudad vinieron a cortarla.
Entregó el tronco a la brillante Inanna
Para hacerse un lecho,
(Gilgamesh) con las raíces fabricó un pukku y con la copa un mikku". 4
Es fascinante la correspondencia que desde entonces asocia a Lilith con serpientes, aves nocturnas como las lechuzas y dragones. El nombre "Lilith" proviene del vocablo asirio-babilónico lilitu, "demonio femenino" o "espíritu del viento", que constituía parte de una tríada mencionada en los conjuros babilónicos.5 La etimología popular hebrea al parecer derivó "Lilith" de layit, que significa "noche" de ahí su relación con un monstruo nocturno y peludo, cosa que también pasa en la tradición popular árabe.
La demonología de Mesopotamia ejerció gran influencia sobre las ideas hebreas y cristianas en torno a los demonios y al diablo. Los demonios de Mesopotamia eran por lo regular espíritus hostiles de menor dignidad y con menos poder que los dioses. Algunas veces se les consideraban hijuelos de Tiamat6. Prácticamente existían demonios para todos los males humanos de entre los cuales figuraba Lilitu o Ardat Lili como uno de los más aterradores valiendo como prototipo ancestral de la Lillith bíblica. Lilitu era la representación de una "virgen de desolación", frígida, estéril, que vagaba de noche para atacar a los hombres como súcubo o bebiéndoles la sangre.
El mito hebreo cuenta una historia distinta pero profundamente asociada con la Lilith sumeria: Adán aburrido y celoso de que los animales tenían una pareja (hembra-macho) sugirió a Dios que remediara esa injusticia. Entonces Dios creó a Lilith de la misma manera que a Adán, aunque utilizando sedimento en lugar de polvo puro. La relación entre Adán y Lilith al parecer no resultó bastante grata para ambos y pronto empezaron a generarse diferencias, pues ambos poseían la misma fuerza.
Robert Graves y Rafael Patai refieren este mito de la siguiente manera:
Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando el deseaba yacer con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura reclinada que él exigía. "¿Porqué he de yacer debajo de ti? -preguntaba-. Yo también fui hecha con polvo y por tanto, soy tu igual."" Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.
Adán se quejó a Dios: "Mi compañera me ha abandonado". Dios envió inmediatamente a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que buscaran a Lilit y la hicieran volver. La encontraron junto al mar Rojo, región que abundaba en demonios lascivos, con los cuáles engendró lilim7 a razón de más de cien al día. "¡Regresa con Adán de inmediato -dijeron los ángeles- o te ahogaremos!" Lilit preguntó: "¿Cómo puedo regresar con Adán y vivir como una esposa honesta después de mi estancia en el mar Rojo?". "¡Si te niegas morirás!", replicaron ellos."¿Cómo puedo morir -volvió a preguntar Lilit- si Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos: de los niños hasta el octavo día de vida, el de su circuncisión, y de las niñas hasta el vigésimo día? No obstante, si alguna vez veo vuestros tres nombres o vuestras efigies en un amuleto sobre un recién nacido, prometo perdonarle la vida8." Los ángeles accedieron al trato, pero Dios castigó a Lilit haciendo que un centenar de sus hijos demoníacos perecieran cada día; y cuando ella no podía destruir la vida de un infante debido al amuleto angelical, se volvía en rencor contra los suyos propios." 9
Ahora bien, cabe preguntarnos: ¿porqué Dios no destruye a Lilith quien se atrevió a pronunciar su nombre mágico? (las diferencias entre los mitos de la Creación de Génesis 1 y 2, que permiten suponer que Lilith fue la primera compañera de Adán, según Graves y Patai es resultado de haber entrelazado a la ligera una tradición judía primitiva con otra sacerdotal posterior). La imagen de Lilith cambió entrando la edad media en donde se le situó en el lugar de consorte de Yahveh quien al buscar una compañera recurrió a Lilith; como resultado de ello se despliegan tantas enfermedades, guerras, muertes y males que acechan al mundo y que cesarán en el momento en que Yahveh y Lilith dejen de pecar.
Jorge Luis Borges en su Libro de los seres imaginarios describe a Lilith de la siguiente manera:
"era una serpiente; fue la primera esposa de Adán y le dio glittering sons and radiant daughters (hijos resplandecientes e hijas radiantes). Dios creó a Eva, después; Lilith para vengarse de la mujer humana de Adán, la instó a probar del fruto prohibido y a concebir a Caín, hermano y asesino de Abel"
La historia de Caín se muestra igualmente interesante pues está vinculada directamente con el sacrificio, la sangre, la inmortalidad y como si no bastara, con Lilith. Graves y Patai señalan que algunos textos hablan sobre Samael10 disfrazado como serpiente, quien tras haber hecho que el hombre comiera del árbol de la Ciencia engendró a Caín con Eva; "de ese modo, contaminó toda la descendencia habida de la posterior unión de Eva y Adán"11. También hablan sobre los celos de Samael ante la imagen de Eva y Adán en al acto sexual sin la menor vergüenza. Siendo así, Samael esperó a que Adán yaciera con Eva y se quedase dormido, y en aquel momento tomó su lugar. Eva se entregó a él y concibió a Caín.
"Como el rostro del infante Caín tenía un brillo angelical, Eva supo que Adán no había sido el padre y, en su inocencia exclamó: "¡He adquirido un varón con el favor de Yahveh!"
Otros explican el nombre de Caín diciendo que nada más nacer se puso en pie, salió corriendo y regresó con una espiga de trigo que dio a Eva; entonces ella le llamó Caín que significa "tallo".
Después Eva dio a luz a un segundo hijo, a quien llamó Abel, que quiere decir "soplo" o, según otros, "vanidad" o "pena" previniendo su pronta muerte. Esa revelación la tuvo en un sueño: veía a Caín bebiendo la sangre de Abel y rechazando su apenada súplica de que le dejar unas pocas gotas. Cuando Eva contó a Adán su sueño, el le dijo: "Debemos separar a nuestros hijos". En consecuencia, Caín creció como agricultor y Abel como Pastor; y cada uno vivía en su propia choza."12
La famosa escena del fratricidio de Caín y Abel es ampliamente conocida, y mencionada en el Antiguo Testamento.
Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; Mas no miró propicio a Caín y a la ofrenda suya. Y ensañóse Caín en gran manera y decayó su semblante.13
Las ofrendas que Caín llevaba a Jehová eran de tipo vegetal, mientras que las de Abel eran animales, las cuales al parecer eran mucho más agradables a Dios. Es normal que el sentimiento de Caín halla sido el de envidia acompañado del de superar la ofrenda de Abel. Muchas versiones señalan que Abel fue asesinado por la envidia y celos de Caín, otras según Graves y Patai indican que fue por la repartición de tierras, por odio contra un dios injusto, por contraer nupcias cada uno con la hermana gemela del otro14, o finalmente porque ¿qué mejor ofrenda podía recibir Dios sino era a su mejor adorador sacrificado? En The Book Of Nod, escrito en 1997 para el juego de rol Vampire The Masquerade, podemos encontrar una especie de defensa de Caín quien de manera justificada explica el sacrificó de su hermano y el fin:
"Y mi hermano, querido Abel, me dijo: "Caín, no has traído un sacrificio, un regalo de la prima parte de tu alegría, para quemarlo en la ara de Aquél en lo Alto". Yo lloré lágrimas de amor cuando, con mis útiles puntiagudos, sacrifiqué aquello que era la parte primera de mi alegría, mi hermano. Y la Sangre de Abel cubrió el altar, y olía dulce mientras ardía. Pero mi Padre dijo: "Maldito estás, Caín, quien mataste a tu hermano. Como yo fui expulsado, así lo serás tú". Y Él me exilió a vagar en la oscuridad, la tierra de Nod..."15
Nadie antes había contemplado lo maravilloso que podía haber resultado el sacrificio de Abel, no su asesinato. Tal vez sea el resultado de la visión que nos han enseñado a contemplar la muerte como un final y no como una ofrenda de la cual se puede aprender, como un sacrificio de amor a Dios.
Cabe preguntarnos ¿Porqué Dios no castigó con la muerte al asesino de su hijo más noble y querido? La maldición que Jehová dejó caer sobre Caín fue, según el Antiguo Testamento, que la tierra no volvería a dar su fuerza por haber absorbido la sangre de Abel, condenándolo a estar errante y extranjero a donde fuese, marcándolo con una señal en la frente16 para que aquel que lo encontrara no lo pudiera matar, de lo contrarío sería vengado siete veces. De esta forma Caín fue hacia el oriente del Edén a habitar la tierra de Nod donde conoció a su mujer con quien tuvo descendencia. Graves y Patai señalan que Dios inflingió a Caín siete castigos peores que la muerte, a saber un cuerno vergonzoso que crecía de su frente, el grito "¡Fraticida!" que resonaba por valles y montañas, una parálisis que le hacía agitarse como una hoja de álamo, un hambre voraz que nunca se saciaba, la decepción de todos sus deseos, una perpetua falta de sueño y la orden de que ningún hombre debía ofrecerle amistad ni matarle. Habría que preguntarnos ¿porqué a Adán y a Eva los maldijo quitándoles la inmortalidad y a Caín defendiéndolo de la muerte? Tras el nacimiento de su primogénito Henoc, Dios permitió a Caín descansar de su vida de vagabundo errante y construir una ciudad llamada Henoc honrando la ocasión.
Finalmente, queda por resolver una duda: ¿Con qué mujer pudo tener descendencia Caín si estaba expulsado de Edén? Según Graves y Patai había una primera Eva que al ser creada frente Adán le generó asco y tuvo que ser escondida, esa podría ser quizás una respuesta, la otra opción que queda es Lilith, lo cual no parece tan disparatado puesto que ambos fueron expulsados de Edén escapando así a la muerte pero no con ello a la desgracia eterna. Como podemos ver esta pareja constituye parte importante dentro de nuestra mitología judeocristiana puesto que su función no solamente es la de mostrar el castigo al rebelde, sino también la de la revelación de un orden que refleja la iniquidad de un sistema patriarcal y mitológico que justifica la represión de un género, edad, grupo racial o posición social. Nuestra civilización necesita que incorporemos estas figuras cuanto antes puesto que su expulsión simboliza la negación de nuestras facetas oscuras que, mientras sigan escondidas y sin incorporación a la psique, van a seguir manifestándose a través de la violencia, enfermedad, el caos y la destrucción que reinan en nuestros días. Es menester que comencemos a cambiar nuestra fragmentada manera de percibir a los demás y a nosotros mismos. Ha llegado la hora de quitarle su marca a Caín y de extraer del exilio a Lilith para hacer una sociedad más completa, que de expresión a todo aquél que decida manifestarse.
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