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miércoles, 15 de septiembre de 2010

2012 ¿Verdad o Mentira?

2012 ¿Verdad o Mentira?
Con tanta preocupación por el cambio climático, las guerras mundiales, y un posible apocalipsis, el año 2012 ha pasado desapercibido de nuestro radar.



Con tanta preocupación por el cambio climático, las guerras mundiales, y un posible apocalipsis, el año 2012 ha pasado desapercibido de nuestro radar.

Sin embargo, muchos creen que todas estas cosas están conectadas, y que el 21 de diciembre del año 2012, será el día en que todo llegará a su punto máximo, dando lugar a una erupción de eventos catastróficos que van a destruir nuestro modo de vida y posiblemente conducirnos a una extinción masiva.

Para aquellos que están siguiendo de cerca al año 2012, e incluso para aquellos que creen que cualquier cosa que pase, no será debido a la fecha, la cuestión de la supervivencia, es importante y apremiante. ¿Hay alguna manera para que las personas se preparen para el futuro?

¿Hay algo que se pueda hacer para sobrevivir al apocalipsis de 2012, ya sea causado por un planeta que pasa (Nibiru, Eris, o Planeta X), el campo gravitatorio, el cambio climático incitado por el hombre, o un máximo solar que provoca la inversión geomagnética?


¿Se Encuentra la Tierra Preparada?

Hemos visto, sólo en los últimos años, que el mundo no está preparado para muchas catástrofes naturales: el huracán Katrina, el huracán Ike, el terremoto de Sumatra que provocó un tsunami, las inundaciones y tornados sin precedentes, la erupción del volcán Tambora, el Terremoto de Haití y el mas reciente terremoto en Chile. Todos estos desastres naturales que pasaron fueron devastadores. El pánico causado, el caos y toda la crisis, provocada por la pérdida de tantas vidas.

Imagínese lo que sería en el 2012 si todas estas cosas empezaran a suceder una tras la otra... o todas a la vez. Imagínese si nuestras redes eléctricas se apagasen para siempre. ¿Cuántas personas en los países industrializados serían capaces de sobrevivir sin que alguien les dé el control de la temperatura, agua caliente o fría, agua potable, el manejo de las aguas residuales, las tiendas de alimentos? O bien, si nuestras calles y puentes se destruyen? Si los edificios hacen implosión y quedan en ruinas?

La visión de un futuro apocalíptico es aterradora, más allá de que este mundo no está preparado. Incluso si las personas están fuera de peligro en el año 2012, se sentirán las consecuencias de la catástrofe. Los mercados financieros se estrellarán, los recursos se volverán escasos, la anarquía se convertirá en moneda corriente, y las guerras estallarán. No importa si usted está en el centro de la tormenta o no, todos se verán afectados negativamente por los desastres naturales mundiales. Y es evidente que la supervivencia en el 2012 no será fácil...

Y puede ser imposible para muchos.


¿Estamos Incluidos en los Planes?

El gobierno ha limitado sólo un sistema establecido para la supervivencia humana. Se habla incluso de subterráneos y submarinos para operaciones que pueden contener grandes cantidades de personas a fin de preservar la especie, pero no lo suficiente como para albergar a la población mundial. Por lo menos, el gobierno y los militares se encontrarán en estos lugares, así como un número de científicos, médicos y otros cuidadores.

Los elegidos no podrán traer a sus familias, el gobierno tomará sólo a las personas que sean necesarias. Sin embargo, el hombre promedio en la calle es probable que se vea limitado por sus propias defensas, por la falta de tecnología para la supervivencia.


¿Que Podemos Hacer?

Entonces es tiempo de informarnos y empezar a prepararnos para esta fatídica fecha. Esto parece fácil claro, hay mucha información ahí fuera,pero ¿cómo saber si es válida o no? ¿Cómo saber si la investigación es seria? ¿Cómo puede saber si lo que está leyendo es un mito o realidad, nociones de fantasía o la verdad acerca de este acontecimiento épico en nuestro futuro colectivo?

La respuesta es simple…, no puede...

A menos que podamos equiparnos y tener los recursos que utilizan los expertos de mayor confianza en este campo. En los últimos días ha salido un nuevo libro, que contiene toda la información que nos ayudara a sobrevivir en diciembre de 2012. En el se ha reunido algunas de las personas más conocidas en relación al 2012. Investigadores, expertos y pensadores más destacados para así obtener la última palabra sobre los mayores secretos detrás del próximo evento del año 2012.

Descargar Documento : http://oron.com/4bejcfc98iac/2012_Verdad_o_mentira.doc.html

¿Un nuevo planeta gigante en el Sistema Solar?

¿Un nuevo planeta gigante en el Sistema Solar?



Un grupo de físicos y astrónomos, liderados por John J. Matese, de la Universidad de Louisiana, acaba de publicar un estudio en el que apunta la inquietante posibilidad de que en las fronteras de nuestro Sistema Solar exista un planeta gigante desconocido, con una masa entre una y cuatro veces la de Júpiter.



El enorme compañero del Sol se encontraría en las zonas exteriores de la nube de Oort, a cerca de un año luz de distancia de nosotros, la extensa región esférica de escombros que rodea el Sistema Solar y de la que proceden la mayor parte de los cometas conocidos.

Fue precisamente realizando un análisis dinámico y estadístico de esa remota región cuando los investigadores se encontraron con una serie de anomalías que podrían explicarse con la presencia de un gran cuerpo planetario, con una masa que podría llegar a multiplicar por cuatro la de Júpiter, el gigante de nuestro sistema.

Para darse una idea de las dimensiones de este cuerpo aún no observado, baste decir que Júpiter tiene una masa 318 veces superior a la de la Tierra (ver imagen), y dos veces y media superior a la suma de todos los planetas del Sistema Solar.

La posibilidad de la existencia de un cuerpo similar en nuestro vecindario inmediato ya fue apuntada por este mismo científico en 1999. Sin embargo, tal y como expone en su estudio, desde entonces la base de datos de cometas conocidos se ha duplicado, lo que permite realizar análisis mucho más precisos.

Según los cálculos de Matese, las anomalías detectadas en la distribución de la población de cometas en la zona externa de la Nube de Oort sugiere que por lo menos un 20% de ellos está sufriendo los efectos del tirón gravitatorio de un cuerpo enorme.

Para evitar cualquier tipo de confusión, Matese especifica que no se está refiriendo en absoluto a la hipótesis de Némesis, propuesta en 1984 y según la que existiría una pequeña y oscura estrella (quizá una enana marrón) acompañando al Sol, sino a un mundo desconocido hasta ahora y que nada tiene que ver con las hipótesis catastrofistas alrededor de esa hipotética compañera.

"Un obeto así -escribe Matese- sería incapaz de crear tormentas de cometas. Para ayudar a mitigar la confusión popular con el modelo de Némesis, usaremos el nombre sugerido recientemente por Kirkpatrick y Wright (2010), Tycho (en mitología, la hermana buena de Némesis), para referirnos a este nuevo e hipotético compañero.

En su artículo, Matese asegura que, usando el recientemente lanzado (2009) satélite WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer), sería relativamente fácil detectar el nuevo planeta y despejar así las dudas que sobre su existencia aún tiene la comunidad científica.

Descargar Documento : http://oron.com/n1d7tlsv5n34/Un_nuevo_planeta_gigante_en_el_Sistema_Solar.doc.html

La tormenta solar del fin del mundo

La tormenta solar del fin del mundo



El escenario podría ser cualquier gran ciudad de Estados Unidos, China o Europa. La hora, por ejemplo, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y septiembre de 2012. El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada... y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el planeta está sucediendo lo mismo. ¿El causante del desastre? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, en la superficie del Sol.
Y no es que de repente hayamos decidido alinearnos entre las filas de los catastrofistas que predican el fin del mundo precisamente para 2012. Pero lo descrito arriba es exactamente lo que pasaría si el actual ciclo solar (que acaba de empezar después de más de un año de completa inactividad) fuera sólo la mitad de violento de lo que se espera. Así lo dice, sin tapujos, un informe extraordinario financiado por la NASA y publicado hace menos de un año por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS). Y resulta que, según el citado informe, son precisamente las sociedades occidentales las que, durante las últimas décadas, han sembrado sin quererlo la semilla de su propia destrucción.
«Un posible desastre»Se trata de nuestra actual forma de vida, dependiente en todo y para todo de una tecnología cada vez más sofisticada. Una tecnología que, irónicamente, resulta muy vulnerable a un peligro extraordinario: los enormes chorros de plasma procedentes del Sol. Un plasma capaz de freir en segundos toda nuestra red eléctrica (de la que la tecnología depende), con consecuencias realmente catastróficas. «Nos estamos acercando cada vez más hasta el borde de un posible desastre», asegura Daniel Baker, un experto en clima espacial de la Universidad de Colorado en Boulder y jefe del comité de la NAS que ha elaborado el informe.
Según Baker, es difícil concebir que el Sol pueda enviar hasta la Tierra la energía necesaria para provocar este desastre. Difícil, pero no imposible. La superficie misma de nuestra estrella es una gran masa de plasma en movimiento, cargada con partículas de alta energía. Algunas de estas partículas escapan de la ardiente superficie para viajar a través del espacio en forma de viento solar. Y de vez en cuando ese mismo viento se encarga de impulsar enormes globos de miles de millones de toneladas de plasma ardiente, enormes bolas de fuego que conocemos por el nombre de eyecciones de masa coronal. Si una de ellas alcanzara el campo magnético de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.
Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas embestidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad. Desde que somos capaces de realizar medidas, la peor tormenta solar de todos los tiempos se produjo el 2 de septiembre de 1859. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos (imagen bajo estas líneas). En aquella época, la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimaginables los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NAS, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir.



El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del Sol. El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, transporte de alimentos y mercancías, mercados financieros, red de telecomunicaciones... Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica.
Ni agua ni transporteIrónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mucho más a las sociedades más ricas y tecnológicas, y mucho menos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Según el informe de la Academia Nacional de Ciencias norteamericana, una tormenta solar parecida a la de 1859 dejaría fuera de combate, sólo en Estados Unidos, a cerca de 300 de los mayores transformadores eléctricos del país en un periodo de tiempo de apenas 90 segundos. Lo cual supondría dejar de golpe sin energía a más de 130 millones de ciudadanos norteamericanos.
Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las personas que vivieran en un apartamento alto serían las primeras en quedarse sin agua, ya que no funcionarían las bombas encargadas de impulsarla a los pisos superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en quedarse sin agua, ya que sin electricidad, una vez se consumiera la de las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos. También dejaría de haber transporte eléctrico. Ni trenes, ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.



Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían seguir dando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además, no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser reparados, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de transformadores de reserva es muy limitado, así como los equipos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año completo...
El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoductos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléctrica para funcionar. Y en cuanto a las centrales de carbón, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que, al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampoco las centrales nucleares serían una solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuanto se produzca una avería importante el las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se restablezca.
Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aquellas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina. «Si un evento Carrington sucediera ahora mismo -asegura Paul Kintner, un físico del plasma de la Universidad de Cornell, de Nueva York- sus efectos serían diez veces peores que los del huracán Katrina». En realidad, sin embargo, la estimación de este físico se queda muy corta. El informe de la NAS cifra los costes de un evento Carrington en dos billones de dólares sólo durante el primer año (el impacto del Katrina se estimó entre 81 y 125 mil millones de dólares), y considera que el periodo de recuperación oscilaría entre los cuatro y los diez años.
Por supuesto, el informe no se limita a describir escenarios de pesadilla sólo en los Estados Unidos. Tampoco Europa, o China, se librarían de las desastrosas consecuencias de una tormenta geomagnética de gran intensidad.
Tomar precaucionesLa buena noticia, reza el informe, es que si se dispusiera del tiempo suficiente, las compañías eléctricas podrían tomar precauciones, como ajustar voltajes y cargas en las redes, o restringir las transferencias de energía para evitar fallos en cascada. Pero, ¿Tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? Los expertos de la NAS opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Composition Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbita solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que puede enviar (y envía) continuamente datos sobre la dirección y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.
ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que necesita una compañía eléctrica para prepararse ante una situación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muetran que la eyección de masa coronal de 1859 tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra. Por no contar, además, que ACE tiene ya once años y que sigue trabajando a pesar de haber superado el periodo de actividad para el que había sido diseñado. Algo que se nota en el funcionamiento, a veces defectuoso, de algunos de sus sensores, que se saturarían sin remedio ante un evento de esas proporciones. Y lo peor es que no existen planes para reemplazarlo.
Para Daniel Baker, que formó parte de una comisión que hace ya tres años alertó de los problemas de este satélite, «no tener una estrategia para sustituirlo cuando deje de funcionar es una completa locura». De hecho, otros satélites de observación solar, como SOHO, no pueden proporcionarnos alertas tan inmediatas ni tan fiables como las de ACE. Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el informe, el mundo probablemente no hará nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta, efectivamente, suceda.
Algo que, según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. La «tormenta solar perfecta», de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar (como lo será 2012). Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre (el escudo que nos proteje de los vientos solares), es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.

Descargar Documento :
http://oron.com/4l5k6v107o5j/La_tormenta_solar_del_fin_del_mundo.doc.html

¿Se viene el fin del mundo?

¿Se viene el fin del mundo?: La NASA pronostica fuertes tormentas solares para el 2012

Un informe publicado por la NASA prevee fuertes tormentas solares para el 2012, lo que podría devenir en una caída en cascada de todos los sistemas de comunicaciones del planeta. Los teóricos del fin del mundo encuentran pruebas científicas para sus ideas.




Un reciente informe (un dossier de 145 páginas) realizado para la NASA y la ESA a traves de la Academia Nacional de Ciencias de USA corrobora algunas de las apocalipticas predicciones para el año 2012. El informe dice que se espera para el 2012 una tormenta solar que podría acabar con todos los sistemas vivos en la Tierra.

El tema de una tormenta solar a gran escala que afecte a todo el planeta ha hecho que algunos de los científicos de la NASA empiecen a creer las profecías de los mayas y los indios hopi sobre el fin de una era para el 2012. Estas personas predijeron el final de la Quinta Era (actual) con una gran tragedia cósmica. Y la NASA dijo en lo publicado por la Academia Nacional de Ciencias, que es un motivo de preocupación esta noticia. En este número se habla explícitamente de los riesgos potenciales de una serie de eventos catastróficos que se sucederan a lo largo de 2012. Estos eventos se caracterizan por el bombardeo de tormentas solares reales y por enjambres de un asteroide.

Según las teorías conspirativas, esto es lo que llevo a la idea de recoger semillas que se mantienen en la isla de Svalbard. El túnel que fue construido hasta Svalbard está situado a medio camino entre Noruega y el Polo Norte, y tiene la capacidad de contener 4,5 millones de diferentes muestras de semillas. Ya que cada muestra contiene 500 semillas de promedio, alrededor de 2,25 millones de semillas pueden ser contenidas.

Están situadas en la región ártica de almacenamiento para el caso de una futura catástrofe que podría eliminar los cultivos alimentarios. La posición ha sido cuidadosamente escogida después de realizar una consulta a varios científicos, con la finalidad de ofrecer la máxima protección a las semillas. Se ha construido un túnel subterráneo de 120 metros dentro de una montaña, y a una altura de 130 metros sobre el nivel del mar, en el permafrost, a fin de que las muestras permanezcan congeladas, incluso sin electricidad, como asegura el astrofísico experto en amenazas del espacio Jacco Van der Worp y Marshall Masters experto en materia rocosa espacial y la crisis climática de 2012.

"En 2012 existe la amenaza de la reaparición de un poderoso fenómeno magnético que traerá como consecuencia la perdida de las comunicaciones en todo el globo terrestre", comenta Marshall

La noticia pone los pelos de punta, en primer lugar, se perderá toda comunicación, habrá que olvidarse de la red (por supuesto inalambrica), por teléfono, a través de bluetooth, a través de satélite. Las alarmantes consecuencias del escenario pintado por la NASA en 2012 ponen en peligro, de hecho, la vida cotidiana de todos y, la seguridad nacional de cualquier país, incluso con un mínimo sistema de telecomunicaciones.

Esta situación se producirá en la denominada "fase activa", que atraviesa el Sol cada 11 años, durante este período, nuestra estrella puede generar tormentas magnéticas más o menos potentes, capaces, según la mayor o menor intensidad, dejar fuera de uso los satélites, es también una amenaza para la seguridad de los astronautas o, en casos excepcionales como el previsto para 2012, representar la destrucción de los sistemas de telecomunicaciones y de distribución de energía.

Cuando estos sistemas caigan y hagan saltar en cascada otros secundarios rápidamente, traerá consecuencias muy graves: "El impacto de la tormenta podrían caer sobre las estructuras interconectadas, con efectos devastadores: la distribución del agua potable se hará del todo imposible en pocas horas, se perderan los alimentos que se encuentren en camaras en el espacio comprendido entre 12 y 24 horas, los meios de transporte también se verán afectados", preve Jacco

Pero lo que es peor, escribe el equipo dirigido por Daniel Baker, director del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado, es que "los servicios de emergencia podría ser interrumpido y el control sobre el país perdido".

La única forma de minimizar los problemas es mantener una observación permanente del Sol, vigilar y estudiar con detalle las tormentas magnéticas, y de intervenir a nivel tecnológico para fortalecer las infraestructuras relativas a las comunicaciones.

"Un fallo catastrófico de la infraestructura y del gobierno, tanto en el espacio como en la Tierra, puede ser mitigado por el aumento de la preparación de la gente sobre estos temas, el fortalecimiento de las estructuras en desarrollo vulnerables en previsión de las tormentas solares", comenta Baker concluyendo la investigación, "Sin acción o sin planes de prevención, la mayor dependencia de tecnología avanzada, pero sensible a los fenómenos del espacio puede hacer nuestra sociedad muy vulnerable en el futuro y enviarnos a la edad media".

¿Qué es una tormenta solar?

Una tormenta geomagnética es una perturbación temporal de la magnetosfera terrestre. Asociada a una eyección de masa coronal (CME), un agujero en la corona o una llamarada solar, es una onda de choque de viento solar que llega entre 24 y 36 horas después del suceso. Esto solamente ocurre si la onda de choque viaja hacia la Tierra. La presión del viento solar sobre la magnetosfera aumentará o disminuirá en función de la actividad solar. La presión del viento solar modifica las corrientes eléctricas en la ionosfera. Las tormentas magnéticas duran de 24 a 48 horas, aunque pueden prolongarse varios días.

Las etapas de una tormenta solar son tres: Erupción solar, Tormenta de radiación y CME (eyección de masa coronal)

- Erupción solar: La primera etapa, que puede romper las comunicaciones. Tarda 8 min. en llegar. Además, hace que la atmósfera aumente su tamaño hasta las órbitas de los satélites, altere sus orbitas y haga que estos caigan a tierra.

- Tormenta de Radiación: Consiste en un "bombardeo" de radiación contra la Tierra. Esta puede freir los circuitos eléctricos y atacar a las personas. En la Tierra estamos protegidos gracias a los efectos combinados de la Atmósfera y la Magnetosfera. Debido a esto, sólo afecta a los astronautas que no estén a salvo.

- CME: La onda más peligrosa, ya que daña a los satélites y a los transformadores eléctricos del planeta por los que pase electricidad. Daña las comunicaciones en todo el planeta. Tiene campo magnético: si está orientada al norte, rebotará inofensivamente en la magnetosfera; si está orientada hacia el sur, causaría una catástrofe global, por los daños que ocasionaría.

Descargar Documento :
http://oron.com/0gz4r092qth9/Se_viene_el_fin_del_mundo.doc.html

¿Podemos prevenir la gran tormenta solar de 2012?

Científicos británicos se preparan para predecir con seis horas de antelación una gran catástrofe que llegue del espacio

Un conjunto de luces brillantes iluminan inesperadamente en el cielo. Las bombillas empiezan a parpadear y, después de unos segundos, se apagan indefinidamente. Todo el país se queda a oscuras. No es el único. La situación se repite en todo el mundo. Un año después, nada ha cambiado. Se registran millones de muertos y nuestra civilización parece abocada a su fin. ¿La causa? Una potentísima tormenta solar.


NASA
Una potente tormenta solar puede acabar con nuestros sistemas eléctricos y de comunicaciones
Esta descripción parece sacada de una de esas películas de catástrofes con las que de vez en cuando Hollywood sacude las taquillas de los cines, pero, por desgracia, puede lejos de la ficción. Forma parte de un informe publicado hace dos años por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) y financiado por la NASA. El estudio advierte de que enormes chorros de plasma procedentes del Sol pueden alcanzar nuestro planeta en 2012 ó 2013, cuando la actividad del astro rey alcance su máximo pico como parte del ciclo solar de once años. No es fácil que esto ocurra, pero es una posibilidad real.
La actual dependencia de la electrónica y de las comunicaciones por satélite supone que una fuerte tormenta espacial podría causar veinte veces más daño económico que el huracán Katrina. Si algo semejante llega a producirse, ¿tenemos alguna opción? ¿hay una oportunidad de salvarnos? Investigadores de la Universidad de Bardford (Reino Unido) creen que sí, siempre que la amenaza no nos pille desprevenidos y dispongamos de una alerta temprana que nos permita tomar medidas. Con este objetivo, trabajan en el desarrollo de un nuevo método para predecir los grandes movimientos del Sol.
Las tormentas solares implican la liberación de enormes cantidades de gas caliente y fuerzas magnéticas hacia el espacio en torno a 1.600.000 kilómetros por hora. Aunque las grandes erupciones solares normalmente tardan varios días en llegar a la Tierra, la catástrofe puede precipitarse, ya que la más grande conocida, registrada en 1859, nos alcanzó en tan sólo dieciocho horas (Bautizada como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos). Las llamaradas solares, que también pueden causar daños, tardan sólo unos pocos minutos.
Hasta ahora, la predicción meteorológica solar se ha hecho de forma manual. Expertos buscan en imágenes de satélite en dos dimensiones del Sol y evalúan la probabilidad de una actividad futura. Pero el equipo Centro de Computación Visual de la Universidad de Bradford ha creado el primer sistema accesible de predicción automatizada, utilizando imágenes en 3D generadas por el satélite de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO).
Con seis horas de antelación
El sistema Bradford de Predicción Automatizada de Actividad Solar, denominado ASAP por las siglas en inglés de "As soon as posible" (Tan pronto como sea posible) y ya utilizado por la NASA y la ESA, identifica y clasifica las manchas solares. El sistema es capaz de predecir con precisión una llamarada solar con seis horas de antelación y el equipo está trabajando para lograr una precisión similar en la predicción de las grandes erupciones solares en un futuro próximo.
“La predicción meteorológica solar está todavía en su infancia, probablemente alrededor del punto en el que la previsión del tiempo meteorológico se encontraba hace 50 años. Sin embargo, nuestro sistema es un gran paso adelante", explica el profesor adjunto en el Centro de Computación Visual, el Dr. Rami Qahwaji, responsable de la investigación. "Mediante la creación de un sistema automatizado que puede trabajar en tiempo real, abrimos la posibilidad de una predicción mucho más rápida". Además, los científicos creen que el nuevo satélite de la NASA, el Observatorio Dinámico Solar (SDO), que entró en funcionamiento en mayo, les dará la oportunidad de ver la actividad solar con mucho más detalle, lo que mejorará aún más su capacidad de predicción.

Descargar Documento : http://oron.com/bh5qm9wsiyus/Podemos_prevenir_la_gran_tormenta_solar_de_2012.doc.html