Tumbas que gritan, supuestos seres que deberían estar muertos que salen de sus ataúdes sumidos en una gran palidez y acto seguido vagan llorando o pidiendo ayuda, gente que “revive” de repente, etc. ¿Cuántos miedos del pasado, de monstruos, vampiros, etc., pueden ser explicados desde el simple pero terrible hecho de que personas que no debían estar enterradas luchan por zafarse de su trágico destino, consiguiéndolo a veces?
ENTIERROS PREMATUROS
Hace unos 50 mil años, el hombre del Nearthental comenzó a enterrar a los muertos. Según se cree, lo hizo porque los cuerpos a la intemperie producían mucho olor, por la subsiguiente descomposición. Al mismo tiempo, comenzó a preguntarse hacia donde iban los muertos, pregunta que aun hoy encabeza uno de los más grandes misterios. Claro, el bien muerto.
El coma, la catalepsia, narcolepsia, y otros estados que son alarmantemente similares a la muerte, causaron estupor en la sociedad contemporánea. Esto, acompañado por la ignorancia de dichos síntomas, y el apuro, provocaría fácilmente que una persona sea enterrada viva o sea conducida al menos a la morgue. La pregunta es inevitable, ¿cuántos desafortunados habrán despertados en un féretro, e intentando casi en vano escapar, encontraron finalmente la muerte a causa del hambre, sed, pánico, y sobre todo, asfixia? La respuesta no se sabe a con certeza. Pero que sucedió, sucedió.
CASOS
· En una demolición de un cementerio del siglo XVIII, para construir en su lugar un aparcamiento, se llego a la conclusión de que alrededor de un tercio de los cadáveres mostraban signos de haber luchado para sacarse de sus féretros, teniendo como consecuencia sus dedos fracturados, sangre en las mortajas, pedazos de madera clavadas en sus uñas, e incluso manos sus manos que salían del ataúd, etc.
· En 1810, en Francia, sucedió un caso increíble. La señorita Victorine Lafourcade, una joven muy guapa de ilustre y rica familia, es la victima de una espeluznante experiencia. Decide casarse por intereses con el señor Renelle, banquero y diplomático de gran renombre. Aunque había mucha felicidad en la pareja, el esposo comenzó de a poco a pegarle, en actos de ira excesiva. Luego de años de gran desdicha, ella muere, o al menos, eso era lo que precia. Fue enterrada acto seguido casi de inmediato en la cripta local. Días luego, Renelle, desesperado por todo lo que le había ocasionado a su dulce esposa, decide ir a desenterrar el cuerpo, para cortarle como recuerdo los cabellos. A la medianoche de un día común, saca a la superficie al ataúd, lo abre, y cuando procedía a cortarle el cabello, ve que ella abre sus ojos. La dama había sido enterrada viva, ya que en el momento de su diagnostico trágico, no se habían dado cuenta que aun tenia leves palpitaciones. Sin embargo, a pesar de lo que hizo su marido, decide abandonarlo y dirigirse con un amante a América. Que ironía.
· En el año 1823, George Hayward, hijo de un adinerado granjero, tubo la mala suerte de que mientras ayudaba a cargar paja en un carro, un golpe intencional aplicado por uno de sus compañeros de manera intencional, le ocasionara de manera severa una gran herida en la cabeza, que penetraría en el cráneo. Durante los días siguiente su diagnostico comenzó a ser cada vez mas critico, hasta que llego al punto de que fue dado por muerto, por causa de pleuritis. Situado en su cama, aun conciente, el niño oía como el doctor lo declaraba como perdido, sin poder moverse para demostrar que eso no era cierto. Aun peor, sintió los últimos besos de sus padres, las lagrimas que caían sobre su rostro, al enterrador que le tomaba las medidas para hacerle un ataúd, y una vez en su tumba, como si todo lo demás fuese poco, oía las paladas de tierra que lo iban aislando paradójicamente de la vida misma.
Luego del apresurado entierro, los médicos comenzaron a discutir sobre cual había sido la causa que había ocasionado la supuesta muerte de George. Uno decía que había sido la causas del impacto del tridente, y el otro, las consecuencias de la pleuritis. Así, de manera totalmente secreta, decidieron proceder a desenterrar el cuerpo, e intentar practicarle una autopsia. Una vez en la sala, los médicos se preparaban para hacer su trabajo, comenzando por extraerle la lengua. Repentinamente, y a tiempo, el niño logra abrir uno de sus ojos, acto que es percibido por una de las personas que estaban alrededor de el. Así, ante los ojos atónitos de todos los que estaban, se levanta y logra escapar de esa terrible experiencia.
· En 1831, Edgard Stapleton, vivió una experiencia que denota simplemente terror. Después de una enfermedad, aparentemente de fiebre Tifoidea, habría fallecido. Definitivamente a corto plazo se los procedió a enterrar. Luego de dicho acto, los médicos pidieron a los familiares de fallecido si podían desenterrarlo y practicarle una autopsia, a los que estos se negaron de manera rotunda. Sin embargo, decidieron llegar a un arreglo con un grupo de ladrones de cadáveres de Londres, los cuales les consiguieron el cuerpo tres días luego de que sea ubicado bajo tierra, y lo conducen al quirófano de un hospital privado. Acto seguido, se le realiza una autopsia, y varias pruebas subsiguientes, una de ellas, algo que estaba de moda en aquel tiempo, la idea de que mediante una batería galvanica que haga contacto directo en los músculos pectorales de un ya fallecido, se podría revivirlo. De repente, ante la sorpresa de todos, Edgard se levanta, camina, y por ultimo habla. Pensaron sin duda, que lo habían traído de nuevo a este mundo por esa supuesta técnica mágica. Sin embargo, la verdad es que en todo momento el sujeto estuvo vivo, y que los golpes eléctricos de ese aparato, las voces que oía, y la salida del “trance” en el cual se encontraba, lo hicieron volver definitivamente a este estado. Lo mas escalofriante de todo, como si no fuese demasiado lo demás, es que el hombre admitió haber escuchado desde cuando se lo dio por muerto, las paladas de tierra que lo ubicaban lejos de poder sobrevivir, y la practica quirúrgica en si.
· Un oficial de artillería fue derribado por un caballo indomable, y sufrió una contusión muy grave en la cabeza, que lo dejo inconciente. Cayó lentamente en un sopor cada vez mas grave, y se lo da por muerto. Como hacia excesivo calor, lo enterraron con prisa en uno de los cementerios públicos, un día jueves. Al domingo siguiente, el parque del cementerio se lleno de vistitas, mas significativamente al medio día. Un campesino cansado, decide sentarse sobre la tumba del oficial, y percibe que por si sola la tierra se movía, como si alguien de abajo intentarse emerger. Aviso a los demás, pero al principio nadie le presto suma atención. Sin embargo, cada vez se hacia mas significativo el movimiento de la tierra, por lo cual, a pesar del miedo que había, la muchedumbre con rapidez consiguió palas, y en poco tiempo desenterraron la tumba del oficial. Una vez en la superficie, daba la impresión de que estaba muerto, pero el hecho de que el cuerpo apareciese sentado en el ataúd, y que la tapa se había levantado un poco, hizo que sea conducido de inmediato a un hospital. En dicho destino lo declararon vivo, pero en estado de lógica asfixia. Luego de un par de horas volvió en si, y comenzó a narrar su agonía. Contó que oyó todo, incluso los pasos de la multitud por sobre su cabeza, lo que junto al murmullo, presuntamente lo hizo “despertar”, y tratar de hacerles entender de que no estaba muerto aun.
El hecho de que también rellenado inconcientemente la tumba de tierra muy porosa, y sin aplastar, hizo que le llegara un poco de aire a su agonizante lugar. Un poco de suerte, hizo el resto.
· En la ciudad de Buenos Aires, republica Argentina, sucedería un caso que causaría mucho revuelo, del que se tiene a su vez distintas versiones. Es conocido con el caso Rufina Cambaceres. Esta niña, en el día de su cumpleaños numero 19, mas precisamente el 21 de mayo de 1902, sufre de repente un severo colapso, que provoca que de manera muy prematura, se la diagnostique como muerta. Pocas horas luego, es enterrada en la bodega familiar, solo que no era el momento. Horas luego a tal acto, se escucharon ruidos y gritos que parecían provenir de su tumba. Se abre de inmediato su féretro, y se encuentran con algo atemorizante. Rufina tenia las uñas literalmente clavadas en la madera de su cajón, y una cara que resumía sobradamente el sufrimiento y agonía por el cual paso.
La otra teoría aduce que ella habría escapado de su tumba, pero se vio imposibilitada su salida de la bóveda familiar, por las rejas. De la desesperación y el miedo, terminaría muerta aferrada a los barrotes. Fuese como fuese, la única certeza es que el diagnostico que debía de tratar de dilucidarle y mejorarle su salud, le termino sacando la vida
Si bien en hay muchos casos como estos, creo oportuno no entrar mas en los mismos. Entierros prematuros se han dado, y hay enfermedades o síntomas que imitan de manera alarmante a la muerte. No es algo que implique un “mas allá”.
PAUTAS
Cabe aclarar que cuando una persona muere su cuerpo pierde temperatura; el abdomen se le pone rosado; los ojos pierden brillo; el rostro se le contrae, por lo cual se percibe una pequeña barba e incremento del pelo en si y la piel le queda de color azul porque la sangre se les baja a los miembros inferiores. En rigor mortis, los músculos de un cadáver comienzan a ponerse rígidos alrededor de una hora luego de la muerte, acentuándose más en la cara y el cuello. Este al fin, desaparecería aproximadamente 36 horas después, desde cuando los músculos se tornan flexibles del todo.
Sin duda, lo que pasaría el sujeto que se halla en una morgue, o incluso en un ataúd, y no esta muerto como se cree, no tiene casi palabras. Se aterraría al darse cuenta en donde se encuentra, la angustia a nivel físico y mental lo desesperaría; la oscuridad lo penetraría completamente; sentiría una insoportable presión en los pulmones que lo hacen ansiar mas que nunca un suspiro de aire; la mortaja se le empezaría a adherir; escucha el silencio mas ruidoso; su impotencia es inmensa al darse cuanta que todos sus intentos son en vano, y sumado todo esto, como si fuese poco, la terrible desesperación de saber que todos los que los conocen están sufriendo por el en vano lo angustiaría sin limites. En síntesis, como muy bien dijo el genio Edgar Allan Poe, “ser enterrado vivo es, sin ningún genero de duda, el mas terrorífico extremo que jamás halla caído en suerte un simple mortal”. Creo que luego de esto, sobran las palabras.
EXPLICACIONES ADUCIDAS
A esta sección la dividiré en dos. Desde una perspectiva analizaremos si deberás se ha enterrado viva a personas; y en la otra, que provoca que una persona que no esta muerta, sea declarada como tal.
· Casi todos los cementerios que se han removido, se han encontrado innumerables vestigios de que gente que no debía de estar donde estaba, trato de zafarse de su féretro. Esto, sumado a que hay muchos casos de renombre, y que no implica algo paranormal, sino un grandísimo error, parecen colmar las ideas de que lamentablemente sucesos de este tipo se han sucedido. Sin embargo, hay quienes niegan rotundamente esto. Para tal aseveración aducen que en el proceso de descomposición de un cuerpo, los tejidos rasguñarían la madera, dando la sensación al ser abierto el ataúd días o años luego, que su ocupante trato de salirse. La idea se derrumba por si sola. En primer caso, en las uñas del desgraciado aparecen vestigios de madera, o incluso, llega a tener los dedos quebrados. Además, suelen aparecer los cuerpos de una manera atípica a como se los ubica en la morgue como por ejemplo boca abajo o de costado, y en su rostro se nota que algo malo le sucedió. Hechos que evidencian que lamentablemente hay gente que a sufrido estos desmanes.
· Lo que provoco en el pasado que una persona sea declarada muerta cuando en verdad no lo estaba, es el hecho de que se desconocía de que existen síntomas y enfermedades que pueden ser muy similares a la misma muerte. Lo que provoca que en la actualidad suceda, si es que sigue aun sucediendo, es digno de ser tenido en cuenta, y de analizar imperiosamente por medio de cual método algo de esto no vuelva a suceder más, ya que la medicina debe de imponerse a toda costa.
Quizás no halla síntoma que cause más estupor en estos tiempos que la catalepsia. Aunque aun las causas inmediatas como las predisposiciones, e incluso diagnósticos de ella siguen siendo un misterio, algo se llega a dilucidar de su carácter y forma de comportarse. Primero que nada, atacaría de manera totalmente repentina, sin previo aviso alguno, y hace que la persona que lo padece quede por un elevado tiempo con la piel pálida y sedosa. Asimismo, la victima esta inconciente, y extremadamente inmóvil; queda un leve indicio de temperatura en su cuerpo, aunque casi de manera insignificante; el corazón y el pulso cerebral siguen funcionando; se presenta una leve coloración en el centro de sus mejilla, y aplicando un espejo hacia sus labios, podemos notar una vacilante actividad de sus pulmones. El síntoma en si, puede durar desde unos pocos segundos, hasta incluso meses, y a veces es tas pronunciado, que las pruebas médicas más rigurosas no logran establecer diferencia entre sus consecuencias y la definitiva muerte. Es, en ciertos casos, de índole gradual, y de avance cada vez más significativo, dándose cada vez mas seguido este ataque, y de manera un tanto más prolongada que la anterior.
Es, quizás, la enfermedad que más casos de esta índole ha provocado.
CONCLUSIÓN
Tumbas que gritan, supuestos seres que deberían estar muertos que salen de sus ataúdes sumidos en una gran palidez y acto seguido vagan llorando o pidiendo ayuda, gente que “revive” de repente, etc. ¿Cuántos miedos del pasado, de monstruos, vampiros, etc., pueden ser explicados desde el simple pero terrible hecho de que personas que no debían estar enterradas luchan por zafarse de su trágico destino, consiguiéndolo a veces? Esto plantea una interesante cuestión con respecto a los vampiros. Estos “monstruos” deseosos de sangre, ¿no eran acaso gente con un colapso tipo cataléptico interno, a los cuales se los hace pasar por muertos por el hecho de que anden en un cementerios todos desechos y pálidos, y en realidad, pertenezcan al mismísimo mundo de los vivos?. Con razón estos “seres extraños” gritaban con desenfreno cuando se les clavaba una estaca en el corazón, si en verdad no se les estaba haciendo otra cosa más que al fin matarlos.
Según se cree, velar a los muertos habría nacido de un terrible error de enterrar viva a una persona que aun no había inhalado su último suspiro. Por ello, antes de proceder a comprarle un ataúd a un ser querido, y de elegir el punto de su ubicación final, no nos detengamos en elegir lo mas costoso e irrompible, sino en asegurarnos que en definitiva este bien muerto. Serle asignado un féretro de oro o madera, o un sitio exclusivo o común, es lo mismo. Ahora, morir dentro de uno, no tiene precio…
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