Es un híbrido entre vampiro y humano, fruto de la relación entre un vampiro y una mujer humana. Por lo general, debido a su estado no muerto, los vampiros son estériles, aunque pueden volver con su esposa o con la mujer amada cuando estaba vivo para copular y procrear. En Bulgaria se cuenta que los vampiros también asaltaban a mujeres vírgenes. Un vampiro podía incluso viajar a un pueblo donde no fuera conocido, casarse y tener hijos. A los dhampiros se les atribuye ciertas características propias de los vampiros heredadas de su progenitor pero no sus debilidades y tendrían la capacidad de detectar a los vampiros incluso cuando son invisibles, así como de destruirlos o detenerlos por lo que solían ser contratados como cazadores de vampiros. Otra teoría sobre el nacimiento de los dhampiros es que un vampiro de 15ª generación, de cualquier sexo, puede tener descendencia medio mortal, concebida y nacida de la forma habitual entre los mortales El nacimiento de un medio vampiro siempre es una gran sorpresa para al menos uno de los padres. Puede ser recibido con euforia o disgusto supersticioso, pero nunca sin miedo. Para una vampiro, la maternidad añade una carga y peligro a una existencia ya llena de ambos al máximo. Puede pasarlo mal físicamente pues su cuerpo no muerto no es apropiado para la maternidad. Tampoco el padre humano se lo tomará con tranquilidad; consciente o inconscientemente, es suficiente invitación para la tragedia. El esfuerzo de criar un bebé en una atmósfera tan cargada de dolor e incertidumbre puede incluso con los espíritus más fuertes. Más aún, las madres mortales de los dhampiros a menudo desarrollan complicaciones que ponen en riesgo su vida durante el embarazo y el parto debido al conflicto entre vitae mortal e inmortal, o a factores más misteriosos: funcionamiento inmunológico depresivo, hemorragias, toxemia, etc. Con tantos peligros, es fácil para un dhampiro acabar abandonado o convertido en huérfano a una edad temprana.. Incluso si la familia está intacta las probabilidades de felicidad doméstica son escasas en un mundo de tinieblas. Por una u otra razón, los dhampiros deben aprender su verdadera naturaleza por sí mismos. Descubrimiento Si los vampiros son ignorantes respecto a su herencia, ¿Cuánto más no lo será su descendencia mortal? El legado oculto de un dhampiro normalmente no se manifiesta hasta el principio de la pubertad; añadido a todas las tribulaciones del crecer, el niño debe enfrentarse a otra capa de transformación, muchos más oscura e infinitamente más misteriosa. El proceso varía de individuo en individuo. La mayoría simplemente se vuelven conscientes, en algún momento de la adolescencia, de una reserva especial de fuerza a la que pueden recurrir, primero instintivamente, en momentos de tensión. Pueden tener miedo de este poder y del salvaje placer que acompaña el acto de usarlo, o pueden estar encantados de descubrir un arma tan útil contra el duro mundo. Otros dhampiros florecen más tarde. Para ellos, una incursión mística o un encuentro repentino con un vampiro puede ser lo que sirva para provocar su potencial oculto. En cualquier caso, una vez que un dhampiro ha despertado completamente a su esencia sobrenatural, nunca puede volver atrás. La Sangre le altera para siempre física y mentalmente. Su envejecimiento se ralentiza. Gana una limitada habilidad para aprender disciplinas vampíricas. También descubre su bestia interior, la cual, aunque es apacible comparada con la de un vampiro, todavía es lo suficientemente fuerte como para poner a prueba su corazón y su voluntad. En otras palabras, se vuelve biológicamente indistinguible de un aparecido. La vida como Dhampiro Los dhampiros encuentran una gran variedad de justificaciones y estrategias para enfrentarse a su herencia. Algunos maldicen a sus padres no muertos y los buscan para matarlos, esperando que tal acción pueda purificarles de su propia oscuridad; otros expresan su hostilidad de una manera más general, convirtiéndose en cazadores. Algunos deciden que deben estar irrevocablemente manchados con el mal y se ponen a buscar un poder oscuro digno de su servidumbre. Muchos son inconscientes de su ascendencia vampírica o rehúsan creer en ella; en vez de eso, escogen verse a sí mismo como médiums, iluminados o tocados por una deidad cruel. Un pequeño número tienen contacto con sus padres vampiros para aprender lo que estos les puedan enseñar sobre el mundo de los no muertos. Cada dhampiro tiene su misma oscura herencia. Ejercer la fuerza de la sangre es una fuente de exultante placer, una pálida sombra del beso del vampiro, pero también una tentación mortal. Aunque los dhampiros no necesitan alimentarse como los vampiros, de hecho, no profesan ningún gusto por la sangre mortal, la vitae perdida se repone sólo gradualmente y la debilidad anémica y la desilusión emocional que resultan pueden ser devastadoras. Algunos dhampiros se vuelven más adictos a utilizar sus disciplinas y se vuelven hacia poderosos estimulantes en un esfuerzo por reproducirlo. Otros descubren un sustituto mucho más potente: la sangre de vástago. El dhampiro y la sociedad de Vástagos Los dhampiros son un nuevo fenómeno en el mundo de las tinieblas. Aunque las leyendas de los medio vampiros han circulado durante siglos, de hecho, en una aldea eslava, toda la población dice descender de un vampiro antepasado común, y llevan el nombre de Lapijerovic, “pequeño vampiro”, como testamento de esa creencia. Algunos vástagos permanecen fascinados con la idea, particularmente aquellos que murieron antes de que pudiesen satisfacer su anhelo de una familia propia. En secreto experimentan con los diferentes métodos prescritos por el mito: encantamientos, reliquias, oscuras artes tremere, pactos con el diablo, incluso el amor verdadero. La existencia del dhampiro todavía es impugnada por los que sospechan de algún tipo de engaño milenario, pero, para aquellos que tienen una noción de las peculiaridades de los vampiros de sangre débil, la idea es totalmente plausible. En este momento, un dhampiro que cae entre las garras de un vampiro normal seguramente será confundido con un aparecido o un ghoul sin señor; difícilmente es una causa de alegría, pero en realidad es buena serte comparado con el destino del dhampiro si es reconocido como lo que realmente es. Para los vampiros de la camarilla, representa la brecha final de la mascarada: una mezcla elemental e irrevocable de vástago y ganado. Para los vampiros de inclinación científica, particularmente los tremere o los tzimisce, también es un intrigante desarrollo en la biología de la especie, y de este modo un sujeto perfecto para la experimentación. Unos pocos vástagos, la mayoría antiguos que maduraron en tiempos de mayor fe religiosa, podrían sostener un punto de vista más culto respecto a su aparición. Para ellos, el espectáculo de la vida verdadera saliendo de las marchitas carnes de un vampiro sólo puede significar una cosa: Dios está perdonando, y ha enviado este milagro para mostrar a los cainitas que la redención es posible incluso para los de su maldita raza. También pueden honrarle como una especie de reliquia viviente. Pero estos vástagos son los que más debería temer; un Mesías reacio es algo peligroso, y los mismos fanáticos que le señalan esta noche como alto sacerdote de su culto de la gehena, podrían decidir mañana que esta mucho mejor en lo alto del altar que detrás de él.
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