Puede que en este preciso momento pase por la mente de muchos lectores la siguiente duda; ¿Qué es Hercólubus? Hace tan sólo unas semanas, ésa fue una duda que cruzó mi mente también. Tras una breve investigación en la carretera de la información pude recopilar datos suficientes como para poder explicarles un poco de qué trata este asunto, primero dando una leve explicación de lo que se afirma en cuanto a Hercólubus y luego dando unas cuantas afirmaciones científicas que dan a la luz la verdad sobre los hechos.
Ya sea en inglés, español o cualquier otro idioma, la información que es posible encontrar en la red, es prácticamente la misma y la resumo para usted: V. M. Rabolu (V. M. no son iniciales de un nombre, si no significa Venerable Maestro), un colombiano de orígenes humildes, tiene una visión en los años ’50 sobre un planeta rojo aproximándose a la tierra. Este planeta tiene aproximadamente 6 veces el tamaño de Júpiter, es invisible debido al estar compuesto de un material fotoeléctrico y pertenece a un sistema planetario llamado Tylo. La aproximación de este planeta causará grandes desastres, debidos aparentemente a su enorme efecto gravitacional, que cambiará los ejes de nuestro planeta.
Fuentes directas afirman que esto está presagiado en el libro de las revelaciones (o Apocalipsis) en el capitulo ocho, versículo 10 y 11, donde se menciona un astro cayendo del cielo sobre las aguas, acabando con la vida de muchas personas. Por otro lado, las fuentes indirectas, afirman que estos acontecimientos son mencionados también en las profecías mayas, que anuncian un revolucionario cambio para el año 2012.
Se afirma también que los astrónomos de todo el mundo, en todos los observatorios, poseen información que clasifican como secreta para no difundir el pánico entre las personas. Aparentemente, los astrónomos descubrieron este astro en los años ‘80 y desde entonces el secreto se conserva celosamente entre ellos.
Como último dato de relevancia, se menciona que la gran actividad nuclear ha dañado severamente la corteza terrestre, agrietándola y poniendo en contacto las aguas del mar con el magma del núcleo terrestre, produciendo grandes presiones de vapor, que causan maremotos, terremotos y eventualmente, el envenenamiento de la atmósfera, produciendo mutaciones en los seres vivos.
Ahora bien, siendo esto un resumen de lo que afirman los seguidores de Rabolu y Rabolu mismo, vale la pena analizar lo dicho y relacionarlo con nuestros conocimientos científicos (por mucho que el Venerable Maestro aborrezca a los científicos), ya que es mediante la ciencia cómo descubrimos el verdadero funcionar de la naturaleza.
Primero, me refiero al hecho de los maremotos y desastres sísmicos. Bien sabido es por la comunidad científica y por muchas personas comunes y corrientes, que vivimos en un mundo envuelto en un medio ambiente de cambios. Dichos cambios se deben a que nuestro planeta en si es dinámico y no estático e invariante como se pensaba en la antigüedad, donde la idea de algo absoluto, era una prueba de la divina presencia de Dios.
Debido a aquel pensamiento, era muy frecuente pensar que los desastres naturales y los hechos inusuales, como eclipses, cometas y terremotos, eran producto de malos espíritus, o Dios mismo, manifestando su ira. Sin embargo, hoy en día sabemos que el cambio es algo natural y muy frecuente en la naturaleza. Por tanto, el atribuir maremotos, terremotos y desastres naturales a algo tan lejano y distante como lo es este planeta parece innecesario ahora que sabemos de la existencia de placas tectónicas moviéndose por debajo de la superficie terrestre, causando esta clase de fenómenos. Quizá hoy en día gracias a la tecnología y medios de difusión, tenemos conciencia de que son frecuentes y ocurren en todas partes, ya que antes era prácticamente imposible saber que había terremoto en China o India, mientras que ahora esa información está a un click de distancia.
Como ser humano, estoy conciente del daño que puedan causar los desastres nucleares, pero como científico, puedo asegurar que es muy poco probable que estos contribuyan a lo que se menciona en las afirmaciones de Rabolu. Es mas, el calentamiento global que producimos día a día pareciese ser el verdadero gran enemigo de nuestro planeta. Según la investigación llevada a cabo este año por la ONU, se afirma que hay un 90% de probabilidades de que el daño ambiental producido desde los años ’50, sea en mayor medida, causada por las emisiones de gases de la industria humana. Por lo tanto, ¿tendría validez culpar a Hercólubus en esto? O sería mejor tomar conciencia y actuar.
En segundo lugar, me refiero al planeta Hercólubus en si; Un planeta de dichas dimensiones, debe ser un planeta gaseoso, como puede ser comprobado por las leyes físicas que rigen la formación de planetas. Un planeta metálico de tales dimensiones colapsaría debido a su propia gravedad, produciendo un objeto tan denso que tendería a comportarse como agujero negro (así que ya no sería de color rojo). Por lo tanto, emitiría radiación de partículas elementales, lo cual es notoriamente visible en ciertos rangos del espectro, que en realidad no se observa.
Si fuese un planeta gaseoso, tendría temperatura distinta de cero absoluto, por tanto emitiría radiación en algún rango del espectro luminoso (que no siempre es visible, pero gracias a instrumentos es detectable), y hablando de un objeto de tales dimensiones y que aparentemente no está tan lejos de la tierra, detectarlo no sería gran problema. En si, su supuesta estrella madre, Tylo, presentaría movimientos muy notorios en el cielo nocturno debido a interacción con Hercólubus.
Sin embargo, por mucho que el Maestro Rabolu afirme que astrónomos de todo el mundo conocen a Hercólubus, en toda mi experiencia como estudiante de astronomía (que ha visitado observatorios) y en todo mi contacto con astrónomos, nunca he tenido la experiencia de ver aquel famoso mapa astronómico de Hercólubus, y ninguno de mis colegas (ya sean compañeros o profesores) han tenido la oportunidad de detectar a Hercóbubus en sus carta estelares u observaciones.
Me vale además decir, que los astrónomos, son personas como usted y yo. Personas que tal vez tengan un trabajo un tanto distinto, pero que al fin y al cabo es un trabajo, el cual debe ser tomado son seriedad y objetividad. Además, como pertenecientes a una comunidad científica, los astrónomos están absolutamente dispuestos a divulgar los conocimientos e información que ellos van descubriendo (tal vez con un tanto de misterio al principio, para adjudicarse el reconocimiento por algún descubrimiento). Es por eso que los astrónomos en todo el mundo llevan a cabo la labor de divulgación, buscando mentes jóvenes que se les unan en la búsqueda por más secretos del Universo que puedan ser revelados.
A mi parecer y al de muchos de mis colegas, esta historia se hizo un tanto popular debido a los recientes descubrimientos de planetas fuera de nuestro sistema solar (hecho que no es para nada secreto). Y es más, Hercólubus sería una versión un tanto fantástica de Barnard I, una estrella enana roja (una estrella al final de su vida) que resulta ser la cuarta estrella más cercana a nosotros. Pero en caso de ser así, todo lo afirmado respecto a Hercólubus resultaría ser falso, y pasaría a ser una estrella más en el firmamento, como cualquier otra.
Con todo respeto al difunto señor Rabolu, quien se jactaba de no hacer lucro de su labor de divulgación, pero opino que su mensaje es solo una “teoría” de escasa credibilidad y base científica. Admito que su labor pudo estar llena de amor por la humanidad, pero el mensaje no es más que mera imaginación.
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http://oron.com/yrni91atmxkj/Hercólubus,_¿el_planeta_que_vendrá.doc.html