Cada año el porcentaje de personas hipersensibles a todo tipo de ondas electromagnéticas aumenta. Especialistas canadienses dirigidos por la medioambientalista Magda Havas detallan que los síntomas habituales de esa ‘alergia’ son migrañas, crisis de hipertensión, respiración dificultosa, un incremento de la frecuencia cardiaca, incapacidad para concentrarse y problemas de memoria.
Havas admite que las investigaciones respecto a la ‘alergia’ electromagnética están todavía en una fase temprana, pero insiste en que ya no hay duda alguna de que la ‘polución electromagnética’ causada por los dispositivos que nos rodean a diario –desde antenas hasta redes Wi-Fi– afecta la salud humana.
Roy Fox, uno de los médicos del Centro de Salud Ambiental de la provincia canadiense de Nueva Escocia, comenta que la mayoría de los problemas que su centro está tratando en los pacientes se deben a intoxicaciones por sustancias químicas o a una baja calidad del aire en el interior de los edificios, pero admite que algunos dispositivos electromagnéticos agravan los síntomas.
“En la vida actual no podemos evitar exponernos a la radiación de Wi-Fi o a las microondas. La gente no puede cambiar el mundo para sentirse mejor, por eso hacemos lo que podemos para mejorar su salud en general y hacerles pensar cómo cambiar sus hábitos para que su organismo no sienta tanto estrés”, explica Fox.
Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud publicó a inicios de junio un informe basado en investigaciones en 13 países de la Unión Europea que demostró que los usuarios más activos de teléfonos móviles son un 50% más propensos a sufrir un tipo de cáncer llamado ‘carcinoma’.
Recomendó a los usuarios no hacer llamadas de más de tres minutos y aconsejó desconectar el dispositivo durante la noche, o por lo menos mantenerlo alejado de la cama mientras se duerme.
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