“Colocando la mano izquierda sobre la roca, esta girará sobre sí misma, se abrirá hacia abajo, cayendo la persona a una inmensa caverna encantada. También cuentan que sus muros son como de cristal, por donde entra la luz que la ilumina, convertida en un verdadero arco iris, llena de riquezas y cosas bellas que terminan por embrujar al cristiano que logra encontrar todas las señales que le indican el cómo llegar a ese lugar”.
Abundan en el Valle del Elqui diferentes mitos y leyendas que se refieren a tesoros escondidos, animales que desafían la imaginación y sucesos “paranormales” cuyo relato se traspasa de generación en generación. Y nuestras montañas no están libres de historias y relatos, muy por el contrario, abundan diferentes creencias de que ocultan entre sus dominios innumerables secretos por descubrir.
Acá compartimos con ustedes la leyenda del cerro El Reloj. ¡Que la disfruten!
LA LEYENDA DEL CERRO EL RELOJ, VALLE DEL ELQUI
Los lugareños de las hacienda La Viñita y Huancara ubicadas ambas al poniente de la ciudad de Vicuña, en el Valle de Elqui, se han traspasado de generación en generación la fantástica leyenda de un posible encantamiento en el cerro El Reloj, ubicado al norte de esas haciendas y a unos 5 kilómetros de nuestra ciudad.
Se cuenta que, subiendo por los farellones del lado norte del cerro, el día 24 de junio, o sea, cuando se celebra la noche de San Juan entre 12:00 AM y las 24:00 de ese día se logran encontrar unos signos tallados en la roca viva que le van indicando a quién los vea, que siga hacia la cumbre. Dicen que son flechas y signos parecidos a letras, que se deslizan por una senda imaginaria casi imposible de seguir, entre rodados y acantilados, sólo accesibles para hombres acostumbrados a escalar montañas escarpadas.
Si alguna persona logra llegar a la cumbre dentro de ese horario, se va a encontrar con una gran roca, en cuyo centro está grabada una mano abierta de tamaño normal. Colocando la mano izquierda sobre la roca, esta girará sobre sí misma, se abrirá hacia abajo, cayendo la persona a una inmensa caverna encantada. También cuentan que sus muros son como de cristal, por donde entra la luz que la ilumina, convertida en un verdadero arco iris, llena de riquezas y cosas bellas que terminan por embrujar al cristiano que logra encontrar todas las señales que le indican el cómo llegar a ese lugar.
Al caer la persona dentro de la caverna, la roca que hace de puerta vuelve a ocupar su lugar de origen cerrándose automáticamente.
El problema que hasta la fecha ha sido insoluble para casi todos los que han encontrado la caverna encantada, ha sido precisamente el horario en que se abre la entrada, ya sea desde el exterior o desde el interior, pues tiene que ser, como se dijo anteriormente, entre las doce y veinticuatro horas del día de San Juan. Y según cuentan los lugareños, todos los que la buscaron y la encontraron, y que no lograron salir del horario establecido, han vuelto en misteriosas circunstancias, apareciendo días después en los pies del misterioso cerro sin poder explicar cómo salieron de la misteriosa caverna encantada. Sólo saben que se han dejado embrujar por las riquezas y bellezas que encierra. Todo en ella es paz y serenidad, la extraña y bella luminosidad unida a una celestial música que envuelve con su mágico encanto a la persona que ha tenido la suerte de penetrar el interior de dicha caverna. La impresión que sienten es la de estar ingrávidos, de flotar en el aire perdiendo la noción del tiempo y del espacio. Inconscientemente quieren permanecer en esa condición por toda una eternidad y lo que es peor es que todo ese misterioso y tierno ambiente les hace olvidar el horario en que puedan hacer el sistema que opera la cerradura para hacer girar la roca que hace de puerta, quedando aferrados a una hipotética felicidad, sepultados en ese mágico lugar.
Los lugareños cuentan también que un ciudadano español que llegó a establecerse en Vicuña a principios del siglo veinte, llamado don Pedro Quemado, conocedor de ésta leyenda – valla a saberse cómo, donde y cuando la conoció – poco tiempo después de su llegada al poblado se puso en contacto con uno de los más antiguos habitantes de ese sector, el viejo don Hilario Zamora, conocedor de ésta y tantas leyendas lugareñas. El motivo de su contacto fue para que el viejo Hilario le señalara la ubicación del Cerro El Reloj. Precisamente el anciano le dijo que él personalmente había hecho la prueba, en el día y la hora señalados por la leyenda, encontrando todos los signos indicados, llegado incluso hasta la misma roca que tiene la mano grabada, pero que no tuvo el valor para abrirla.
Don Pedro Quemado, con esos datos que confirmaban lo que ya conocía de esta fantástica leyenda, esperó con ansias el día de San Juan. Cuando llegó la fecha indicada en el calendario, se cuenta que fue al cerro sin comentarlo con nadie, y después de ese día don Pedro se convirtió en uno de los hombres pudientes de la ciudad, comprando un terreno eriazo al final de la calle Maipú y construyendo un edificio de dos pisos, copiado de las casas de sus características de su natal y lejana Sevilla, España. Como se ve, la leyenda de don Pedro Quemado, se une a la leyenda del encantamiento del Cerro El Reloj, por los cuentos de los viejos lugareños de Huancara y La Viñita.
Pero de esa leyenda aún hay más, pues se cuenta que las personas que han logrado entrar a ese sitio encantado y que han vuelto a los dos a tres días después en misteriosas circunstancias apareciendo al pie del famoso cerro, creen haber estado suspendidas en ese estado milagroso dentro de la caverna una eternidad, cuando en verdad han transcurrido unas cuantas horas. Pero lo fantástico de éste fenómeno lo desmienten las señales físicas que traten consigo al regresas, pues vuelven con el pelo, la barba y las uñas como si hubiera sido mucho el tiempo que no se los cortan, es como si se visitara una dimensión de vida distinta a la que conocemos, donde el tiempo tiene otra medida.
Por este motivo, los lugareños recomiendan a los osados que se atreven a enfrentar los encantamientos del Cerro El Reloj para la noche de San Juan, hacerlo con el corazón libre de ambiciones, tener la mente libre de mentiras y rencores, sólo tomar de caverna lo necesario para seguir viviendo sin miserias y algunas cosas como recuerdo para confirmar que realmente conocieron ese mágico lugar, pues las escazas personas que así lo han hecho, son las que han confirmado la existencia de esa caverna encantada entrando y saliendo dentro del horario establecidos por los desconocidos autores del encantamiento. Debido al estricto día y horario que rige para encontrar la caverna encantada y para entrar y salir de ella, es el motivo de que al famoso cerro se le conozca con el nombre de El Reloj.
Fuente: http://www.cumbresdelelqui.com/la-leyenda-del-cerro-el-reloj/